Villa de Corullón es un vino con extrovertido y a su vez delicado, envolvente y elegante.
Corullón es una poesía en forma de vino que se extiende por las cuestas empinadas del Bierzo, un paisaje mediterráneo y atlántico que aporta sedosidad, frescura al vino.
Junto con Pétalos del Bierzo, Villa de Corullón fue el primer vino que elaboró la bodega berciana de Álvaro Palacios y su sobrino Ricardo. Convertido ya en un clásico, mantiene el mismo nivel que siempre. Villa de Corullón es un ejemplo del buen hacer de los Palacios, tío y sobrino, en El Bierzo. Las laderas pizarrosas que rodean a la localidad que da nombre al vino se han convertido en auténticas minas de oro para Álvaro y Ricardo Pérez, llegados desde fuera cuando aún no había comenzado la fiebre vinícola berciana. Tiene una crianza de 14 meses en barricas de roble francés que sirve para redondear uno de los mejores mono varietales de Mencía que existen.
Se caracteriza por su color cereza intenso, con borde granate. Dotado con un olor intenso, con predominio de las notas de fruta madura y hierbas secas.
Este vino combina a la perfección con carnes rojas a la brasa, guisos de calamares, manchego o setas.
HISTORIA
Descendientes de J.Palacios llega al Bierzo en 1999 con la ilusión de ensalzar los encantos vitícolas de una región de absoluto origen histórico-religioso. Tras el importante dominio romano (minas de oro de Las Médulas), el Bierzo se convierte en parada de descanso obligada en el duro peregrinaje del camino hacia Santiago de Compostela, que tanta atracción produjo en el cristianismo europeo desde el siglo XI, y al que acudían reyes, príncipes y santos. Es durante su máximo esplendor, a partir del siglo XII, cuando se desarrolla un verdadero asentamiento eclesiástico en la región, dando lugar a la convivencia de innumerables órdenes religiosas. Serían estos monjes del norte de Europa quienes desarrollarían esta especial viticultura que, con la simbiosis de sabiduría, precisión y tiempo, se ha mantenido inalterable hasta nuestros días, ofreciéndonos la singularidad de una uva tinta única, la Mencía, y un patrimonio vitícola incomparable por su arraigo y personalidad.
Emplazados vitícolamente en la atractiva villa de Corullón, Álvaro Palacios y su sobrino Ricardo Pérez Palacios cultivan 15 hectáreas de viña muy vieja en propiedad, siguiendo la disciplina de la biodinámica en busca de la definición y la pureza. Estos viñedos se encuentran repartidos en unas sesenta pequeñas parcelas con exposiciones muy diversas y sobre diferentes escalas de altitud, debido a la orografía compuesta por laderas con acentuadas pendientes. El origen de la formación del suelo pertenece al periodo cámbrico inferior, caracterizado por una estructura de pura roca pizarrosa laminar y gruesa, muy mineral, con cuarcitas, areniscas y arcillas, combinando una disposición horizontal y oblicua respecto al suelo, aspecto que acentúa el carácter del terruño.
El clima continental de influencia atlántica y la pluviometría, superior a los 600 mm anuales, de esta verde y montañosa región, refleja la frescura y fragancia en sus vinos de importante profundidad, volumen y esa sensación viva y jugosa de pulpa de cereza dentro de una textura y carácter sedoso y amable.